miércoles, 5 de mayo de 2010

Protección del Entorno

El entorno social de una persona incluye sus condiciones de vida y de trabajo, su nivel de ingresos, los estudios que ha realizado y la comunidad a la que pertenece. Todos estos factores tienen un poderoso influjo en la salud. Las grandes diferencias entre los entornos sociales dentro de Europa contribuyen a crear amplias disparidades en materia de salud. Existen grandes diferencias en cuanto a esperanza de vida e índices de enfermedad entre ricos y pobres, personas que han tenido una educación buena o deficiente y trabajadores manuales y profesionales.








El entorno social de un sujeto está formado por sus condiciones de vida y de trabajo,los estudios que ha cursado, su nivel de ingresos y la comunidad de la que forma parte.Cada uno de estos factores influye en la salud del individuo: por eso, a nivel global, lasdiferencias entre los entornos sociales de los distintos países crean disparidades en materia de salud.

De esta forma, la esperanza de vida y los índices de enfermedad varían de acuerdo a la educación que harecibido la persona, el tipo de trabajo que realiza y los ingresos que percibe mes a mes.

Los organismos gubernamentales suelen elaborar diversos planes para mejorar el entorno social.(es decir,para propiciar las condiciones adecuadas para el íntegro desarrollo del sujeto).

Entre los objetivos que se proponen este tipo de iniciativas, se encuentran la creación de puestos de empleo, la mejorade la calidad y la seguridad en el entorno laboral, la masificación del acceso a las prestaciones socialesy el aumento de la financiación para asistir a las regiones más pobres.
Existen varios conceptos que nos ayudan a profundizar acerca del entorno social.
La nociónde socialización, por ejemplo, define al proceso mediante el cual el ser humano adquiere la experiencianecesaria para interrelacionarse con el prójimo.

En otras palabras, la socialización es el proceso a travésdel cual el individuo se adapta progresivamente al medio en el que vive.

El entorno social es estudiado desde disciplinas como la psicología social. Esta rama de la psicologíase basa en el supuesto de que existen procesos psicológicos que determinan el funcionamiento de la sociedady la forma en que se lleva a cabo la interrelación social.




POR: ANA LUCÍA ORTEGA RUÍZ

martes, 4 de mayo de 2010

Principios de Tolerancia, Respeto y Solidaridad

TOLERANCIA



1. No responder a las blasfemias

Cuando somos insultados, provocados o acusados injustamente debemos responder con el silencio. Si respondemos de la misma forma cuando somos víctimas de la blasfemia, nos igualamos con aquellos que nos insultan, rebajando nuestro nivel. Si nos mantenemos en silencio usándolo como arma contra las blasfemias, evocando la conciencia de quien las pronunció, esta fuerza es, naturalmente, mayor.


2. Mantenerse calmo frente a los infortunios



Cuando nos encontramos con personas que nos quieren incomodar derrumbar u oprimir, debemos enfrentarlas con calma, evitando cualquier confrontación. No responder con un puñetazo cuando se recibe uno, ni responder con un puntapié cuando se recibe otro, pues de esta confrontación nadie sale vencedor. Si la intención es buscar venganza de un odio momentáneo, no alcanzará el éxito de grandes hazañas.


3. Compasión frente a la envidia y el odio


Frente a la envidia y el odio de otros no debemos responder igualmente con odio y envidia, sino con corazón abierto y alma compasiva, ofrecer nuestra amistad y mostrarles nuestra intención pacífica, demostrando así, con educación, nuestra superioridad.


4. Gratitud frente a las difamaciones

Si alguien lo insulta y difama, no se enoje con quien lo provocó, sino acuérdese de los beneficios que esa persona le proporcionó en el pasado y sea agradecido por eso. Principalmente, no se olvide de que en el fango más inmundo crece la impecable flor de loto. Cuanto más oscuro es el lugar, mayor es la necesidad de mantener encendida la luz del alma. Por lo tanto, ante las difamaciones, aquellos que nos difaman deben ser influenciados con ética, compasión y misericordia; solamente así la superaremos, con moralidad y tolerancia.
El verdadero vencedor tiene la fuerza de la tolerancia y el coraje de asumirla frente a los insultos, opresiones.







RESPETO


Respeto es el reconocimiento de que algo o alguien tiene valor. Se lo puede definir como la base del sustento de la moral y la ética.El respeto en las relaciones interpersonales comienza en el individuo, en el reconocimiento del mismo como entidad única que necesita que se comprenda al otro. Consiste en saber valorar los intereses y necesidades de otro individuo en una reunión.
Principio de respeto o autonomía de las personasEste principio se basa en dos teorías ético-morales que dicen textualmente:


El respeto por la autonomía del individuo, que se sustenta esencialmente en el respeto de la capacidad que tienen las personas para su autodeterminación en relación con las determinadas opciones individuales de que disponen.


Protección de los individuos con deficiencias o disminución de su autonomía en el que se plantea y exige que todas aquellas personas que sean vulnerables o dependientes resulten debidamente protegidas contra cualquier intención de daño o abuso por otras partes.Este principio de autonomía sirvió como base de la bioética desde los aspectos sociopolíticos, legales y morales aunque no para garantizar el respeto de las personas en las transacciones médicas.
El Respeto como virtud MoralEl respeto también puede considerarse como punto medio entre dos extremos vistos por exceso y por defecto.


Por defecto: El miedo, tanto a las personas que le rodean como a objetos o situaciones que afronta el individuo, llevándole a situaciones de imposibilidad a realizar determinados proyectos o metas, tal el caso de los complejos de inferioridad.


Por Exceso: El abuso o desmedida de los límites preestablecidos para un correcto orden y trato de las personas o situaciones de cada individuo, lo que lleva a conflictos con los otros como también la imposición de límites y/o normas a fin de superar la crisis del abuso y restablecer el orden de los derechos de cada individuo.











LA SOLIDARIDAD



La solidaridad es uno de los principios básicos de la concepción cristiana de la organización social y política, y constituye el fin y el motivo primario del valor de la organización social. Su importancia es radical para el buen desarrollo de una doctrina social sana, y es de singular interés para el estudio del hombre en sociedad y de la sociedad misma.



Junto con los de autoridad, personalidad, subsidiaridad y bien común, la solidaridad es uno de los principios de la filosofía social. Se entiende por regla general que, sin estos cinco principios, la sociedad no funciona bien ni se encamina hacia su verdadero fin.Se entiende que la práctica de la solidaridad requiere, necesariamente, de más de un individuo. Dos seres humanos podrían ser solidarios si vivieran solos en una isla desierta, tanto como una persona que vive en una comunidad inmensa puede ser solidaria al colaborar con la buena alimentación de los niños de un país que está a kilómetros de distancia. Desde luego, la forma más simple, pura y cercana de la solidaridad la encontramos entre seres humanos próximos, en una relación personal de dos individuos.



Para buscar una solidaridad con alcance social, que tenga repercusión tangible en la comunidad, no podemos dejar de lado la solidaridad personal entre individuos que se saben iguales. Sería mentira decir que nos preocupamos por la sociedad, o por los necesitados en general, si cuando se nos presenta la ocasión de ayudar a una sola persona necesitada, no adoptamos una verdadera actitud solidaria. El empeño por la solidaridad social adquiere valor y fuerza en una actitud de solidaridad personal.La solidaridad, ya lo hemos dicho, se enriquece y alcanza su plenitud cuando se le adhiere la virtud de la caridad, cuando se realiza por amor, cuando se convierte en entrega. Nadie ama más que el que da la vida por sus hermanos.



El verdadero amor al prójimo, la verdadera caridad y entrega, se manifiestan en eso: en dar la propia vida. No sólo bienes materiales, sino la vida entera. Desde este punto de vista, uno de los mayores ejemplo de solidaridad y entrega en nuestros tiempos tal vez lo encontremos en la Madre Teresa de Calcuta, quien no conoció límite alguno para esa entrega personal a los necesitados.



POR: DIANA LIZETH SÁNCHEZ ACOSTA

Sentido Humanista de la acción Social



Qué es el Movimiento Humanista

Personas voluntarias de culturas y países diferentes, que se organizan, crecen y fortalecen como individuos a fin de enfrentar los grandes cambios que se avizoran en el horizonte, para dirigirse hacia una sociedad verdaderamente humana. El Movimiento Humanista es la expresión práctica del ideal de humanizar la tierra y de construir una nación humana universal, donde todos los seres humanos tengan los mismos derechos y las mismas oportunidades por el simple hecho de haber nacido como seres humanos.


Origen

El Movimiento Humanista fue fundado a finales de los 60s por Mario Rodríguez Cobos, mejor conocido como Silo - un pensador latinoamericano, escritor y precursor del Nuevo Humanismo. Desde entonces, el M.H. se ha esparcido en mas de 110 países a través de los 5 continentes.


Propuestas Centrales del Nuevo Humanismo

Simplificando al máximo las propuestas centrales del Movimiento Humanista, encontramos que favorece:

La ubicación del ser humano como valor central y preocupación central, de tal manera que nada pueda estar por encima del ser humano, ni ningún ser humano por debajo de otro.
afirma la igualdad de todas las personas y por lo tanto trabaja para superar la simple formalidad de iguales derechos ante la ley, para avanzar hacia un mundo de iguales oportunidades para todos.
Reconoce la diversidad personal y cultural y por lo tanto afirma las características de cada persona, condenando la discriminación que se realiza debido a las diferencias económicas, raciales, étnicas y culturales.


Apoya a todas las tendencias que desarrollen el conocimiento mas allá de los límites impuestos al pensamiento debido a prejuicios aceptados como verdades absolutas e inmutables.
afirma la libertad de ideas y creencias, y repudia toda forma de violencia, comprendiendo que la violencia física no es el único factor de violencia, sino que existe una violencia económica, una violencia racial, una violencia religiosa, una violencia sicológica y moral como lo demuestran los ejemplos diarios en todas las regiones del planeta.


Nuestra metodología de transformación es la no-violencia activa. Invitamos a otros a compartir este principio moral: Trata a los demás como quieres que te traten.




Actividades


Los Humanistas trabajan simultáneamente por un desarrollo personal y una transformación social. Los trabajos personales tienen el objetivo de facilitar el descubrimiento y el fortalecimiento de un sentido en la vida y de apoyar cambios positivos en la conducta cotidiana. El trabajo personal permite a cada participante reforzar una dirección coherente de su vida: pensar, sentir y actuar en la misma dirección. Con las actividades sociales desarrollamos los frentes de acción tales como: locales y periódicos vecinales, radios y TVs, clubes Humanistas de todo tipo, centros de las culturas y también nuestro canal de expresión política: el Partido Humanista. Desarrollamos proyectos concretos en los campos de la educación, la salud y la calidad de vida, y todos estos proyectos están basados en el auto-financiamiento, la auto-organización y el trabajo humano, y se realizan sin apoyo financiero de otros grupos o instituciones.


Propuesta


En este momento, nuestra actividad central es el crecimiento de nuestra organización y su capacidad de acción. De esto depende que podamos transformar la situación actual y poder brindar una dirección auténticamente humana a nuestros vecindarios, nuestras ciudades y nuestros países. Una nueva civilización está naciendo, la primer civilización planetaria de la historia humana. Cada cual sabrá si decide o no acompañar este cambio y cada cual comprenderá si busca o no una renovación profunda de su propia vida.

POR: FRANCISCO ARMANDO CARRILLO PLATA


Relaciones Interpersonales

La comunicación interpersonal es no solamente una de las dimensiones de la vida humana, sino la dimensión a través de la cual nos realizamos como seres humanos (...) Si una persona no mantiene relaciones interpersonales amenazará su calidad de vida”.


Los principios de la comunicación interpersonal son los siguientes:“Las personas se comunican porque esa comunicación es totalmente necesaria para su bienestar psicológico.

La comunicación no es sólo una necesidad humana sino el medio de satisfacer otras muchas.La capacidad de comunicación interpersonal no debe medirse exclusivamente por el grado en que la conducta comunitaria ayuda a satisfacer las propias necesidades, sino también por el grado en que facilite a los otros la satisfacción de las suyas”.



Las relaciones interpersonales constituyen, pues, un aspecto básico en nuestras vidas, funcionando no sólo como un medio para alcanzar determinados objetivos sino como un fin en sí mismo (Monjas, 1999). Por tanto, la primera conclusión a la que podemos llegar es que la promoción de las relaciones interpersonales no es una tarea optativa o que pueda dejarse al azar.Desde el campo psicoeducativo estamos viviendo un interés creciente por la llamada educación emocional. Autores como Gardner (1995) a través de las Inteligencias Múltiples y Goleman (1996) con su concepto de Inteligencia Emocional, han inclinado sensiblemente la balanza ante los aspectos emocionales del individuo. La extensa obra de estos y otros autores (Pelechano, 1984; Mayer, Caruso y Salovey, 1999) afirman con rotundidad que el éxito personal ya no depende tanto de nivel de inteligencia lógico-matemática como de las habilidades que el individuo tenga para manejar contextos interpersonales.Si esto es así, la consecuencia es clara: hemos de educar a las futuras generaciones en habilidades como la empatía, la resolución de conflictos interpersonales, el manejo de sus sentimientos y emociones, el control de la ansiedad, la toma de perspectiva y estrategias comunicativas, ya que les estaremos preparando para el éxito, entendido éste como un elemento que contribuye a una mayor calidad de vida.Según Bisquerra (1999) la educación emocional tiene como objetivo último potenciar el bienestar social y personal, a través de un proceso educativo continuo y permanente que aúne el crecimiento emocional y el cognitivo, porque ambos son necesarios para el desarrollo de la personalidad integral.De acuerdo con este autor, la educación emocional facilita actitudes positivas ante la vida, permite el desarrollo de habilidades sociales, estimula la empatía, favorece actitudes y valores para afrontar conflictos, fracasos y frustraciones y, en definitiva, ayuda a saber estar, colaborar y generar climas de bienestar social.



Obviamente, todo lo anteriormente expuesto en términos generales para cualquier individuo, es igualmente válido para una persona con síndrome de Down.



Los niños, adolescentes y jóvenes adultos con síndrome de Down se están incorporando paulatinamente a la sociedad con un papel activo: se incorporan a la escuela ordinaria, acceden al trabajo normalizado, frecuentan los espacios de ocio y deportivos del barrio, son consumidores de servicios de salud, cuidado personal y estética, participan en grupos parroquiales, etc.



En definitiva, están normalizando su vida en los diferentes ámbitos o esferas que esta vida presenta.Esta realidad es tremendamente enriquecedora para las nuevas generaciones de jóvenes con síndrome de Down ya que les procura multitud de estímulos, nuevos modelos a imitar, mayores refuerzos... Pero esta misma realidad, a su vez, es muy exigente ya que le plantea al joven mayores retos: la necesidad de discriminar lo relevante de lo superficial, de reaccionar ante situaciones novedosas, de saber cuidar de sí mismo al disponer de mayores cotas de libertad y autonomía, etc.





Comunicar sus necesidades con precisión, solicitar ayuda, manejar la ansiedad, tomar un papel activo, controlar su lenguaje, acomodar la forma de relación, aceptar la opinión del otro o saber convivir con compañeros de acuerdo con unas normas, se convierten para estos jóvenes en habilidades de supervivencia.Los jóvenes con síndrome de Down quieren salir a divertirse, tener novio/a, vivir de manera independiente, tener un trabajo; quieren, en definitiva, hacer sus propios proyectos de vida.



Estos deseos planteados hace años eran eso, deseos. Actualmente, cada vez más jóvenes, afortunadamente, pueden ir haciendo realidad estos sueños. Ahora bien, esta autonomía personal debe acompañarse de la misma dosis de responsabilidad y compromiso (Troncoso, 2000).



Autonomía y responsabilidad son las dos caras de la moneda en las que debe apuntalar el joven su proyecto de vida, su proceso de crecimiento personal. Crecimiento que, necesariamente, debe partir de una serie de presupuestos básicos:Debe basarse en un conocimiento profundo y una aceptación incondicional de sí mismo, todo ello dentro de un marco interpersonal, un “encontrarse a sí mismo” para proyectarse hacia los demás, enriqueciéndose en ese camino de “ida y vuelta”.



Debe abarcar todas las dimensiones de la persona, esto es, relaciones familiares, aspectos laborales, ocio, aspiraciones personales, amistades y relaciones de pareja, y fomentar su capacidad de autodeterminación en estos ámbitos o esferas vitales.



Implica necesariamente que los demás les percibamos en su rol de adulto, y les reconozcamos no sólo su capacidad sino su derecho a crecer en el sentido más profundo e íntimo de la palabra.
Debe extenderse hasta la última etapa de la vida, la vejez, momento en el que la dimensión interpersonal cobra especial significado.



Con cierta frecuencia nos encontramos con niños, adolescentes y adultos que precisamente tienen dificultades en esta dimensión interpersonal: graves problemas de comunicación, dificultades para establecer relaciones afectivas, trastornos de conducta, etc.



En estos casos, el familiar, cuidador o profesor deberá encontrar la “onda” en la que el chico se comunica (gestos, sonidos, movimientos oculares, etc.), dándose una verdadera sintonía interpersonal en la cual la palabra es sustituida por la mirada, la caricia y el gesto. Más aun, será precisamente en estos casos de dificultad de comunicación en los que deberemos habilitar otras fórmulas o vías creativas para que el chico pueda expresar su mundo interior y así evitar un aislamiento y ruptura con el otro mundo, el exterior.Por todo ello, consideramos fundamental, tanto en aquellos jóvenes con altos grados de capacidad y autonomía, como en aquellos con más limitaciones, potenciar su dimensión interpersonal o, en otros términos más actuales, su inteligencia emocional.



Ante lo expuesto, a los profesionales y familiares nos compete reflexionar, actuar en consecuencia e intentar dotarles de los mejores recursos posibles para que esta aventura de formar parte activa de la sociedad, con sus pros y contras, tenga éxito y sea gratificante.Si iniciábamos esta introducción de la mano del Profesor Marroquín, queremos finalizar con un mensaje de A. Fierro (1999:96) que encierra el propósito último del devenir humano, del crecimiento personal y de la posibilidad de autodesarrollo:“También ellos han de confeccionar el cesto con los mimbres de los que disponen. Y, con la ayuda de otros, disponer de recursos para, al final de la vida, aunque no escriban sus memorias, poder decirse a sí mismos en voz baja: creo que he vivido”.

















1. ¿Qué son las habilidades sociales o habilidades de relación interpersonal?



Las habilidades sociales son las conductas o destrezas sociales específicas requeridas para ejecutar competentemente una tarea de índole interpersonal. Se tratan de un conjunto de comportamientos aprendidos que se ponen en juego en la interacción con otras personas (Monjas, 1999).



De acuerdo con Prieto, Illán y Arnáiz (1995), centrándose en el contexto educativo, las destrezas sociales incluyen conductas relacionadas con los siguientes aspectos, todos ellos fundamentales para el desarrollo interpersonal del individuo:
las conductas interpersonales (aceptación de la autoridad, destrezas conversacionales, conductas cooperativas, etc.) las conductas relacionadas con el propio individuo (expresión de sentimientos, actitudes positivas hacia uno mismo, conducta ética, etc.)
conductas relacionadas con la tarea (trabajo independiente, seguir instrucciones, completar tareas, etc.) la aceptación de los compañeros.



2. ¿Por qué son tan importantes?, ¿por qué actualmente todo el mundo les otorga tanta importancia?



Las habilidades sociales o de relación interpersonal están presentes en todos los ámbitos de nuestra vida. Son conductas concretas, de complejidad variable, que nos permiten sentirnos competentes en diferentes situaciones y escenarios así como obtener una gratificación social. Hacer nuevos amigos y mantener nuestras amistades a largo plazo, expresar a otros nuestras necesidades, compartir nuestras experiencias y empatizar con las vivencias de los demás, defender nuestros intereses, etc. son sólo ejemplos de la importancia de estas habilidades. Por el contrario, sentirse incompetente socialmente nos puede conducir a una situación de aislamiento social y sufrimiento psicológico difícil de manejar.
Todas las personas necesitamos crecer en un entorno socialmente estimulante pues el crecimiento personal, en todos los ámbitos, necesita de la posibilidad de compartir, de ser y estar con los demás (familia, amigos, compañeros de clase, colegas de trabajo, etc.).



Baste recordar los esfuerzos que, tanto desde el ámbito educativo como desde el entorno laboral, se realizan para favorecer un clima de relación óptimo que permita a cada persona beneficiarse del contacto con los demás, favoreciendo así un mejor rendimiento académico o profesional.



3. ¿Cuántas habilidades sociales hay?, ¿son todas igual de necesarias?, ¿cuáles son básicas e imprescindibles?

Existen numerosas habilidades sociales, algunas de ellas muy básicas y que son aprendidas a edades muy tempranas (fórmulas de cortesía como saludar, dar las gracias o pedir las cosas por favor), hasta otras habilidades mucho más complejas exigidas en el complejo mundo de los adultos (saber decir que no, negociar, ponerse en el lugar del otro, formular una queja sin molestar, etc.).
Prieto y cols. ofrecen una relación de las habilidades que debe poseer el niño con necesidades educativas especiales y poner en práctica en el aula. Dichas habilidades le reportan refuerzo social y favorecen una relación gratificante con los demás compañeros.

Destrezas de supervivencia en el aula: pedir ayuda, prestar atención, dar las gracias, seguir instrucciones, realizar las tareas, participar en las discusiones, ofrecer ayuda, hacer preguntas, no distraerse, hacer correcciones, decidir hacer algo, marcarse un objetivo.
Destrezas para hacer amistades: presentarse, empezar y finalizar una conversación, participar en juegos, pedir favores, ofrecer ayuda a un compañero, hacer cumplidos, sugerir actividades, compartir, disculparse.

Destrezas para abordar los sentimientos: conocer los sentimientos y expresarlos, reconocer los sentimientos de los demás y mostrar comprensión ante ellos, mostrar interés por los demás, expresar afecto, controlar el miedo, otorgarse recompensas.

Destrezas sobre distintas alternativas a la agresividad: utilizar el autocontrol, pedir permiso, saber cómo responder cuando le molestan a uno, evitar los problemas, alejarse de las peleas, resolución de problemas, saber abordar una acusación, negociación.

Destrezas para controlar el estrés: controlar el aburrimiento, descubrir las causas de un problema, quejarse, responder a una queja, abordar las pérdidas, mostrar camaradería, saber abordar el que le excluyan a uno, controlar los sentimientos de vergüenza, reaccionar ante el fracaso, aceptar las negativas, decir “no”, relajarse, responder a la presión de grupo, controlar el deseo de tener algo que no te pertenece, tomar una decisión, ser honesto.



  • Opciones de video (Sólo haz click en la primer imágen)...










POR: MANUEL SANTOS BRACAMONTE MENDOZA